En
la gráfica se aprecia el arco norte, que sostiene la terraza española del
corredor con baldosas de piedra y construido sobre pilares de madera con bases
de piedra canteada, tendales y frescos
en cerámica con el escudo de Santiago de los Caballeros.
En
la época colonial fue lugar de gran movimiento como en la actualidad, ya que se
vendía el pan blanco o enmantecado como era conocido, el que ahora se le llama
dulce. famosas fueron las monjas de Santa Clara que vendian el pan por libra.
Al
lugar se daban cita las señoras o personas de servicio que acudían a comprarlo,
aprovechando que iban a la plaza a adquirir los mandados del hogar.
El
espacio también era utilizado por los buhoneros y arrieros que transportaban
las mercancías de una región a otra y que al no encontrar mesones o albergues,
solían pernoctar bajo el techo que les brindaba el portal, lo que se acostumbró
en los caminos o a las entradas de los poblados como el Guarda de Jocotenango,
que aún es posible ver al ingreso de aquel municipio.
Lo
próximo de la calle de Mercaderes hoy del Arco, le hacía más atractiva donde la
población de la época transitaba y se mezclaba con cotidianidad. A través del
tiempo, se le han realizado restauraciones, pero lo original del ambiente se
mantiene, donde generaciones de antigüeños, guatemaltecos y extranjeros han
caminado bajo su prodiga sombra, que les hace detenerse y ver la belleza
natural y cultural de la Antigua Guatemala.