Así
lo dio a conocer don Bernardo Chivichón Jiménez, quien desde los doce años ha
trabajado en el parque central, y por cuarenta años ha mostrado al turismo los
monumentos, iglesias y museos de Antigua Guatemala.
Resaltó
que inicio en el lugar desde muy pequeño, dedicándose a lustrar zapatos e iba a
ofrecer lustre a hoteles de aquella época: Hotel Alcázar, Rancho Nimajay, hotel
Manchen ahora conocido como el Infantil,
y posada Belén, algunos ya desaparecidos, donde los turistas requerían
sus servicios lo que le permitió aprender a hablar inglés. Esto le hizo conocer más del país y
fue solicitado para mostrar otros puntos como Chichicastenango, Atitlán, la
capital, Petén entre otros y Copan en Honduras.
Resaltó
que las ruinas que más se visitaban eran las de Capuchinas y a los turistas les
llamaba la atención, porque estaban abandonadas y no como ahora que están
restauradas y cuidadas.
Agregó
que la que mejor representa el daño del terremoto de 1773 es la de la
Recolección, porque no está descombrada y se puede ver mucho del daño de aquel
desastre. Otro punto de interés era la Casa Popenoe hoy museo privado.
Rememoró
los años 60 y 70 cuando eran frecuente las caravanas de hasta cien carros -
casa que provenían de Estados Unidos y se estacionaban en diversas plazas.
Los
talleres artesanales más visitados por los turistas de esa época, era el telar
de don Daniel Moran y la venta de trajes típicos de la señora Palmer ubicada en
la cuarta calle y tercera avenida esquina.
Don
Nayo se caracteriza, que está a las órdenes del turismo desde las seis y media
a siete de la mañana e indica que lo hace porque se aprovecha a turistas que
quieren conocer con mayor tranquilidad, asimismo acostumbra retirarse a las
once treinta de la mañana, por el sol que le afecta la vista.
Hoy
frisa setenta y ocho años y concluyó en son de broma: “Le voy a decir al
alcalde de Antigua que me obsequie el parque porque es mío, porque aquí he
estado toda mi vida”.
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