En la gráfica tomada en la presente semana, se aprecia el lavadero
del extremo izquierdo sobre la calle adyacente del tanque de la Unión donde se
aprecia el daño que ha sufrido con la pérdida y fractura de varios ladrillos.
Esta joya arquitectónica de la ciudad data de mediados del siglo XIX y fue
construido por instrucciones del corregidor José María Palomo y Montufar, para
el servicio de los habitantes que quedaron luego del traslado de la capital al
actual asentamiento. En la actualidad el sitio tiene poca atención con basura y
desechos diversos. Vecinos del lugar han manifestado el abandono en que se
encuentra y los fines de semana se ha convertido en bar de bebidas alcohólicas
al aire libre, donde personas inescrupulosas suelen reunirse y conforman sus
bacanales y utilizan los lavaderos y poyos, de mesa para servirse los tragos y
cervezas y en muchos casos lo hacen hasta alta horas de la noche, sin que se
ponga limite al respecto. Vecinos formularon el llamado a las autoridades, tanto
municipales como del Consejo de Protección para restaurar el monumento y evitar que siga siendo utilizado
de cantina al aire libre.
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