Como
se da a conocer en nota anterior, la
celebración de las fiestas patrias con motivo del CXCIII aniversario de
independencia nacional, tanto el 14 como el 15 en horas de la tarde se vieron deslucidas por la lluvia y por
desordenes por falta de buena coordinación de los encargados de los eventos.
En
la izada, frente al palacio de los Capitanes fue evidente el contratiempo, con
un equipo de sonido malo y se entonó el Himno Nacional con casi media hora de
retraso. Cuando se entonó, los cantantes invitados que hicieron uso del
micrófono no cantaron junto a la banda departamental, que concluyó mucho antes
que los que hicieron uso del micrófono. Y cuando aún no se concluía de cantar
los porta antorchas pasaban sin respeto, ni consideración frente a donde
presidían las autoridades y lo particular es que se pidió en múltiples
ocasiones silencio para continuar con el programa, y no se atendió porque
bandas escolares continuaron con sus repertorios cuando no era el momento de
hacerlo.
El
15 en la arriada, el panorama no fue diferente ya que al momento de cantar el
Himno, de nuevo bandas escolares no atendieron y quizás no sabían, ni supieron
que a las seis en punto se saluda a la bandera, y se entona el himno nacional,
en lugar de ello se dio una confrontación frente al palacio del Ayuntamiento,
entre estudiantes de un colegio jocoteco y uno que se ubica al oriente de la
Antigua Guatemala.
En
ello, dos cosas a señalar la primera es que no se comprende cómo los
organizadores permiten a circular a dos establecimientos en sentido contrario
para encontrase de frente. Segundo fue un riesgo para la integridad de los
estudiantes que se diera la confrontación “musical” que caldearon los ánimos, y
bien por los jóvenes y señoritas, aun con falta de coordinación, usaron el
sentido común y se limitaron a las interpretaciones y no llegaron a otras
consecuencias.
Más
allá de correr bajo la lluvia con antorchas y ejecutar buena o mala música, el
motivo de la celebración es Guatemala, por ello es y debe ser una
responsabilidad de las autoridades ya gubernamentales o educativas tanto
públicas como privadas, el inculcar y enaltecer el civismo por la patria, porque
consideramos que se ha descuidado ese
aspecto: Que el pabellón Nacional, el Himno Nacional, la Jura a la
bandera son símbolos y acciones de respeto y civismo que deben enaltecer a
Guatemala, como territorio libre e independiente en el concierto de las
naciones, porque más allá de expresiones lúdicas desordenadas, debe fomentarse
un sentimiento y amor genuino por la tierra que nos vio nacer y por cierto es
la única que tenemos, y en esta oportunidad los organizadores quedaron muy
lejos de la excelencia. J.C.
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