En la gráfica, el niño Rodrigo Osorio, acompaña a don Joaquín López Salamá,
Vecino de la aldea de San Cristóbal el Bajo, quien es reconocido vendedor de
gelatinas en el Instituto Normal para Varones Antonio Larrazábal. Es
característico verle con su hielera donde lleva gelatinas o helados que hace
las delicias de los estudiantes. Indicó que su oficio es el de panadero,
también tuvo taxi en el parque central, sin embargo por la edad le es difícil
encontrar trabajo y por no estar en su casa solo descansando sale a vender
desde hace quince años, y por lo que vende los estudiantes le llaman “Don
Gelas”. A sus ochenta años, su salud es
buena porque Dios se la ha dado y “Uno puede comer y cuidarse pero si el
Creador no da la vida, todo es en balde”, agregó. Agradeció a los directores de
los diversos establecimientos que allí funcionan, porque le dan permiso y los
estudiantes ya lo conocen, quienes son alegres pero a él le respetan, "Porque yo también les respeto". Como vecino del INVAL, indicó que conoce el
lugar donde se ubica el establecimiento desde que era la finca la primavera, ya
que desde los nueve años jugaba allí con los niños de la aldea. Aconsejo a los
jóvenes a estudiar, trabajar y ayudar a sus padres y tener deseos de superarse,
para ser mejores en la vida. Como un
homenaje al ejemplo de trabajo y superación de don Joaquín López Salamá.
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