El
sábado siete del presente, el volcán de Fuego entró en una etapa de erupción
fuerte y constante lanzando a varios kilómetros de altura ceniza, que
sorprendió a los habitantes de los departamentos de Sacatepéquez, Chimaltenango
y Escuintla, donde cayó arena de forma intermitente, que afectó techos de
viviendas, vehículos y a personas que transitaban por calles y avenidas de esta
ciudad por el aire que provocó tolvaneras de ceniza.
La
aldea el porvenir y San Juan Alotenango fueron las poblaciones de Sacatepéquez
con mayor impacto, obligando al Ministerio de Educación, suspender clases en
prevención, por recomendación de la Coordinadora nacional para la reducción de
desastres, CONRED.
En
ese orden Andrea Gaytán, Delegada de esa institución en Sacatepéquez, indicó
que se había declarado alerta naranja, por la intensidad de la erupción que
hasta el miércoles de la presente semana era latente, mencionando que los
principales daños como efecto del fenómeno era en cultivos, reservorios de agua
por la arena que contamina el vital líquido para beber y en algunos casos puede
causar taponamiento en los sistemas de cañería.
Continúan
los monitoreos en las comunidades aledañas al coloso, para determinar si se
daba algún tipo de problemas respiratorios, de la vista o la piel en el
vecindario por la cantidad de ceniza.
Al
respecto indicó la situación estaba en calma pero se continúa en apresto ante
cualquier situación de riesgo y cuentan con albergues, agua y alimentos para
atender cualquier emergencia.
Agregó
que de acuerdo a pobladores de las comunidades aledañas, desde hace 40 años no
se daba una caída intensa de ceniza,
como la que se ha dado en los últimos días.
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